domingo, 24 de noviembre de 2013

Por putas y usar minifaldas: la culpa es de las mujeres


¿Que las mujeres son lo más hermoso de este mundo? ¡Qué va! en este país ellas son las putas que encuentran lo que buscan: ser violadas, morboseadas y utilizadas. Eso se ganan por ser provocativas, por usar minifaldas, por furcias. Acá solo se respeta a la mujer casta y sumisa, que llega virgen al matrimonio ¡Ah! porque la mujer que no se casa es doblemente puta; es una buscona cualesquiera, la solterona brincona.

Colombia es un país atolondrado y desgraciado; infeliz. Hay muchas razones por las cuales antepongo siempre un fatalismo cuando hablo de esta patria querida, la tierra de mis venas, y una de ellas es el vandálico conservatismo radical que ha oxidado la masa gris de los colombianos. Ideas que han llevado a situaciones tan perversas y deplorables como la violación de aquella chica en el famoso restaurante colombiano (ver noticia aquí).

Que fue mentira, que fue verdad, que sí pero no, que no pero sí. Mucha algarabía, muchos comentarios y algunas versiones hicieron bastante popular por unos días la noticia que hoy ya pasó a la historia y que quedó en la memoria sin recuerdo de la mayoría de quienes habitan este paraíso. Que continúan las investigaciones, que medicina legal entregó unos resultados, que no sé qué, y de poco en poco esto perdió fuerza.

Sin embargo, recapitulando un poco lo que sucedió, la chispa que desató la polémica fue el comentario del propietario del restauranteEstudiemos qué pasa con una niña de 20 años que llega con sus amigas, que es dejada por su padre a la buena de Dios. Llega vestida con un sobretodo y debajo tiene una minifalda, pues a qué está jugando. Para que ella después de excomulgar pecados con el padre diga que la violaron” (ver entrevista completa aquí) y segundos más tarde, después de haberse dado cuenta de su error, de haber pronunciado las palabras de su sentencia, intentó, reforzadamente, explicar lo que supuestamente quiso decir, con muy poco éxito, y luego de que las cámaras de seguridad habían grabado todo y los mismos vigilantes, o sea, esos que piden monedas por cuidar los carros pero con vestidos más bonitos, no habían hecho cosa alguna para detenerlo porque pensaron que era un hermoso acto sexual que terminaría en abandono, quiero decir, el tipo la dejó ahí tirada como un trapo viejo, como cualquier cosa, porque así se trata a las prostitutas por acá. Todo esto causó mucha indignación sobretodo en las mujeres defensoras de la mal llamada revolución femenina.

A ver.  A mí no me exaspera realmente este caso tan cirquero ya que uno puede intuir que solo fue noticia porque sucedió en el restaurante más famoso del país y acá los medios siempre quieren buscarle la caída a cualquiera que pueda dar señales de buen rating; esto fue simplemente un escándalo morboso y amarillista. A mí lo que realmente me indigna, me irrita, es saber que las palabras expresadas por el tipo Andrés son el reflejo de toda una sociedad, donde la mujer es una puta por usar minifalda, la culpable de las violaciones. Me ofende que se muestre como un caso aislado cuando en Colombia todos los días sucede lo mismo por doquier, sin embargo, no son temas de importancia, porque “Ella se lo buscó” “¡pa’ qué se pone esos escotes!” “quién las manda a ser tan busconas”. Porque eso fue lo que me enseñaron los profesores católicos, las abuelitas católicas (que me daban discursos en esos aquelarres que llaman “grupos de oración”) y los curas católicos. Pero a los profesores y a las abuelitas las educaron los curas y a ellos otros curas y a ésos otros orates. ¡Por eso estamos como estamos! en este pueblo los hijueputas curas nos dañaron el concepto de la sexualidad, nos redujeron el sexo a una simple idea matrimonial, coital y parital, y usted que no es de por acá y no entiende estos términos tan extraños, parital es una palabra que yo me inventé y si ya se la inventaron pues yo me la volví a inventar. Parital significa que es únicamente para parir, para procrear, engendrar, dar a luz. Y nos metieron el cuento de que el sexo es amor y el amor es Dios. ¡Cuál Dios! Dios no existe y si existe no sirve, está loco, es un codicioso. Reducir el sexo, dañar la sexualidad a partir de ese pensamiento godo que se maneja en este país, solo incrementa las problemáticas sociales. La sexualidad es para disfrutar, para ver las estrellas con un orgasmo, para explorar el cuerpo, para sentir otra piel, para acelerar el corazón, para sentir el olor de otro ser igual a mí, igual a usted, para gozar de aquello que la naturaleza puso en la evolución. Pero lo que a mí me dijeron cuando era chiquito fue que la mujer debía ser sumisa, esclava, ser la cosa del hombre, ser el objeto de un amo y con esa ideología educaron a mi hermana, a mi madre, a mi padre, a mi abuela, a mi abuelo, a mis compañeros de clase, a las hermanas de mis compañeros, a las madres de mis compañeros, a todos. Pero descubrí mucho después, cuando ya no era tan manejable por la idea de un dios, cuando ya había perdido toda noción de autoridad hacia curas, que negar la sexualidad es solo negar la vida.

Imagen extraída de: [http://noticias.terra.com.co/nacional/sigue-rechazo-contra-andres-carne-de-res-con-poemas-y-juegos,c4600408e7c52410VgnVCM5000009ccceb0aRCRD.html]


Así que comprendí que la mujer no es una máquina para parir hijos. Quien diga que la naturaleza de la mujer está en la concepción y crianza de un niñito, merece ser fusilado por imbécil, por mezquino, por abyecto, y junto a él todos los padrecitos y madrecitas, hijos verdaderos de Dios, el todopoderoso, que han impulsado estas ideas. Por desgracia muchas personas, incluyendo, irónicamente, a algunas muchachitas de por estas tierritas, creen y siguen fielmente estas doctrinas tan lesivas para el desarrollo de una sociedad justa y respetuosa, las mismas ideas que han puesto una barrera en legislaciones que cubran los derechos de los homosexuales, intersexuales, pansexuales y cualquier otro término que no vaya en concordancia con la heteronormatividad. ¿Habría que culpar a esas personas? Se me antoja también mandarlas al campo santo, pero en últimas, no tienen la culpa, están atrapadas en ese oscuro mundo homofóbico y avaro. ¿Que por qué arremeto contra ellos? a mí no me mire así, ellos son los culpables por creer en la religión y culpables también los que me mintieron con el cuento de Dios y despertaron en mí ese sentimiento de desprecio hacia los que legislan con la biblia.

Imagen extraída del portal: [http://erasmodioses.blogspot.com/2012/09/mas-orgasmos-y-menos-golpes-para-las.html
Pero volviendo al tema de la minifalda, tengo que decir que la mujer puede vestirse como quiera; si desea salir con escote, ropa ajustada  o sin ella, tiene todo el derecho y nadie tiene porqué culparla de los actos criminales. ¡Carajo! estos desgraciados no entienden que el crimen es la violación y no las piernas o las curvas de los senos. La culpa es del cerdo que se mete al pantano y no del pantano en sí. Pero yo me he cansado de repetir lo mismo y como yo soy la repetición de la repetidera y el discurso extenso hablando de lo mismo, les recuerdo que yo ya había escrito que la culpa de todo la tiene la falta de educación sexual. Que otros antes de mí ya lo habían dicho. Ah, sí, pero nadie les ha puesto atención y a mí tampoco. Es que mire, un niño, una niña a la que se le enseñe a disfrutar de la sexualidad con responsabilidad, a explorar nuevas sensaciones y a no avergonzarse de su cuerpo, es alguien que tendrá muchas menos posibilidades de quedar en embarazo no deseado, de contraer alguna ITS o VIH, de dejarse manipular o de reprimir su sexualidad.

Me parece extraño que las mujeres de hoy en día no se hayan cansado de la sumisión, segregación y señalamiento. Y ahora me dice que yo me equivoco, que hay mujeres que luchan en contra de eso, que hay mujeres líderes que abanderan la lucha de la Revolución Femenina. ¡Já! Me río de ellas. La revolución femenina contemporánea es un chiste, es infame y miserable, nada en comparación con la movilización por el 80 del siglo pasado. Ahí había ideales, reivindicaciones sociales, lucharon en buena lid. Lo de hoy es nada, es ruin, es corrosivo y obtuso. Y lo de antes es distinto a lo de hoy, eso lo sé, pero en ese entonces con sus problemas de ese entonces y con las mujeres de ese entonces, se lograron muchos éxitos ¿Que yo por qué digo eso? Ah, es que solo hace falta hablar con las muchachitas que farolean con el asunto y entender que no tienen nada claro, solo atacan al machismo porque sí, confunden el feminismo con el hembrismo y en el discurso quieren independencia de no sé qué ni tampoco cómo.

No me vayan a acribillar queridas damas, generalizo por esas cosas de la prosa mal escrita, como la mía, pero en lo personal creo que revolución femenina no es solamente protestar porque los hombres morbosean y lanzan una que otra arenga sexual  o sea, piropo; la revolución femenina es no tener hijos, decidir por cuenta propia no venir a este mundo a producir más y más bebés; y si decide tenerlos, revolución femenina es educarlos en valores humanos, libre de cualquier ridícula ideología religiosa, y enseñarle el valor de la sexualidad y del cuerpo humano; revolución femenina es dejar a un lado todo estigma social y disfrutar de la sexualidad con responsabilidad; revolución femenina es dejar de creerse superior al hombre y aceptar que acá, en este país tan pacato, ningún género tiene supremacía; revolución femenina es subirse al podio de la política y demostrarle a ese cúmulo de personas carcas y miserables que anteponen la biblia en su discurso, que la mujer tiene todas las capacidades para transformar la sociedad. Revolución Femenina es mucho más de lo que digo. Pero no, hoy en día revolución femenina es hacer un plantón en minifalda en frente de un restaurante que fue testigo de una violación.  ¡Ayy! qué tristeza siento cuando algunas señoritas, es decir, niñas pubertas, creen que son revolucionarias del género simplemente porque salen a la calle con escotes y minifaldas, contoneándose con arrogancia, esperando el primer piropo, para arriarle la madre a cualquiera, por viejo verde, por morboso, por hijueputa. Y las he visto y merecen el exilio. Eso no es Revolución Femenina.


Hay mucho por decir y mucho más por hacer, pero no pienso extenderme más; hasta acá llego yo con lo que digo y lo que digo es igual: este país es roñoso y vil y seguirá siendo el mismo. ¿Que cuál es mi propuesta? Que yo nunca propongo nada, dice Monsalve. Parcero, yo repito mucho las cosas, y arriba lo dije y tiene que ver con la educación sexual. Nuestro primer paso para acabar con ese imaginario colectivo de que las mujeres son las putas en minifalda y las culpables de todo.

Twitter: @DrRascawillie

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martes, 5 de noviembre de 2013

Universidad Pública de Manizales en paro: quiero estudiar y los vagos no me dejan.


Yo soy de Manizales, nací en esta ciudad, en este pueblo lleno de muchachitos mimados y consentidos, de gente que se cree superior y que asegura dizque vivir en el mejor vividero del mejor vividero del mundo, o sea, Colombia. Que no debería hablar así de mi tierrita, de mi cuna, ¡qué va! esta ciudad no es mía, no es de nadie y mi cuna fue la cama pequeña de un hospital, a mí no me metan en esos cuentos.

Alguna vez  Héctor Abad Faciolince escribió “En Medellín nunca hemos podido entender en qué momento los caldenses se volvieron personas de rancio abolengo, nobles y de sangre azulhaciendo referencia precisamente a ese egocentrismo y complejo de superioridad que se respira en esta montaña. Es que vea, no solo lo dice Abad, sino muchos de mis tíos y primos que viven en Bogotá, y claro, acá no se puede comparar porque cada región tiene su mierdero, pero como dijo Fernando Vallejo, el mierdero es distinto.

Aún así esta ciudad, que no llega ni al medio millón de habitantes, es bastante concurrida, sobre todo por muchachos de otros lados que vienen a estudiar. “Ciudad Universitaria” un término que no sé cuándo aparece ni por qué. Dos Universidades Públicas y el resto privadas. Supongo que prefieren la tranquilidad de estas calles que el caos de Bogotá o el calor de Medellín. ¡Pero basta de palabrería! acá vine a hablar sobre lo que sucede al interior de la Universidad Pública, en la que estudio desde hace algunos años.

Hablar de la crisis en la educación en Colombia es una pérdida de tiempo. Acá todos saben que esto está jodido, que cada vez es peor y que seguiremos así por los siglos de los siglos y amén. Todos conocen en cierto grado los problemas pero a muy pocos les interesa, quiero decir, les importa. Esto no es nada nuevo ni tampoco exclusivo del sector de la educación; en general, en Colombia todo está mal, la salud, el trabajo, la educación, la seguridad, el campo, la justicia y el resto de cosas. Ser feliz en Colombia es sinónimo de: o mala memoria, o ser hijo de un multimillonario o ser un bobito que no ve la realidad o simplemente de estar feliz con su platico de excremento. Con todo esto, la protesta se volvió un circo, se volvió el centro de las risas y de la incredulidad. Vea, usted que no es colombiano y que no entiende lo que sucede acá, le voy a confesar que dos de las razones por las cuales seguimos en la misma porquería es porque, primero, acá todos están conformes y llenos de miedo, y segundo, porque acá el que lucha se rinde ante la primera amenaza o abandona el campo cuando le ofrecen pañitos de agua tibia. O sea, usted suma el conformismo con la debilidad y le da como resultado este país. Nos condenamos a una eternidad de miseria y de penurias.

Perdóneme usted, creo que me desvié de mi objetivo, pero es que tantas cosas por decir y tan pocos lectores que me toca medir, entre más palabras, menos personas. El asunto, entonces, es que en la Universidad dizque Pública en la que estudio, se juntaron todos los niños pupis y pupis quiere decir mimado, hijo de papi y mami, niñito consentido, y ahora están putos (acá en Colombia, putos quiere decir bravos, muy disgustados) porque se declaró PARO, ¡espere! ¿ya le había dicho que estamos en paro? ¡Ah! Lo siento, es que parece y no parece. Hace poco en una Asamblea General de Estudiantes, o sea, en una reunión de muchachos y muchachas que estudian en esta gloriosa U. Pública, se decretó, o mejor dicho, se decidió entrar en un cese de actividades académicas. ¿Que por qué? ¡Ah! Porque acá en este país por las buenas nunca se puede, hablando no se logra nada, entonces toca parar. En paro estamos y en paro estaremos hasta esta semana, porque, como lo dije antes, se juntaron los niños pupis y a ellos se le sumaron los conformes y como acá hay tanto extranjero, no de otro país, hablo de gente de otra parte de Colombia, que tienen que gastar millonarias sumas de dinero viviendo acá, se unieron con el objetivo de levantar el paro y acá levantar el paro significa volver a clases, o sea, abandonar la lucha. Que no, que se puede estudiar y luchar al tiempo, que mientras vamos a clases se pueden discutir las problemáticas. ¡Dios mío! La inocencia es linda en los niños pero en gente tan grande ya es estupidez. ¿Que cuáles son los argumentos para levantar esto? Ah, yo no sé. Ellos hablan y balbucean y dicen cosas que no entiendo. Tildan de vagos a los que apoyan la protesta; los acusan de “mamertos” (vea, usted que es colombiano y usa esa palabra a diestra y siniestra dizque para ofender, acá le dejo el significado: Mamerto) y usan otros términos que no tiene importancia mencionar. Mire, yo le voy a contar algo, hay un tipo que entró a la Universidad al tiempo que yo, y él es un contradictor acérrimo del paro, y asegura que es posible “luchar” y estudiar a la vez. No sé en qué mundo vive, no sé por qué es tan conforme, no sé qué le pasa a este pueblo. Porque no solo es él, sino un montón de gente que piensa igual. ¡Cuál lucha! que tenga el valor de aceptar que solo quiere graduarse y que le importa un carajo lo demás. Si hablando se solucionaran las cosas, no estaríamos así de jodidos, lo que pasa es que unos no ven la realidad en la que vivimos porque su cuna de oro les tapa la vista y a otros el miedo les alimenta su conformismo. ¡Qué va! manada de hipócritas, anacolutos y atontaos. He de ver a un montón de muchachitos que nunca se han animado a protestar, que nunca han ido a una asamblea, que nunca se les ve pensando críticamente en el próximo aquelarre estudiantil solo con el objetivo de levantar la mano para que esto termine. Y terminará. Y quedarán ruinas y decepcionados. Que conmigo no cuenten, yo me retiro de este circo ambulante. Vea, acá se alzan unos contra otros, se gritan y se insultan. De un lado para el otro y terminamos en lo mismo. 

Imagen tomada del portal: www.Elespectador.com



Finalmente, muchos sabemos lo que va a ocurrir, lo que ya ocurrió en el futuro. Sé que muchos de mis compañeros, hablo de esos que estimo y que admiro por su fuerza de voluntad y deseos de luchar no están de acuerdo con lo que digo, pero no puedo negar lo que siento, no puedo fingir.  Algunos escribieron por ahí “solo los peces muertos nadan con la corriente” pero se les olvidó que acá no hay río ni peces. Acá no nos merecemos ninguna lucha, acá no nos merecemos nada. No hace falta nombrar la infinidad de motivos por los cuales un colombiano debería estar indignado, porque resultan evidentes, y con todo esto seguimos en la misma inercia. Nos metieron una reforma a la salud, y vea le explico en palabras cortas, si antes la gente se moría en la sala de un hospital, ahora la gente morirá por ahí, en la calle o en la casa, o sea, unos irán cayendo como muertos a manos de sicarios, no con tiros de gracia, sino con cáncer y pulmonía. Nos metieron una reforma a la justicia, y para que me entienda, le diré que los amigos de Uribe quedarán libres y los malditos ladrones de cubos de gallina serán condenados hasta podrirse en la cárcel por ratas, por pobres, porque eso es lo mínimo que se merecen los hijueputas. Y nos van a meter una reforma a la educación, en donde si usted no tiene plata, pues preste en el ICETEX, y usted que no sabe qué es el ICETEX porque tiene mucha plata, le cuento que es el banco que se encarga de condenar a toda una vida de pago por un préstamos para estudiar, para que me entienda, si usted no tienen con qué pagar su matrícula, este banco le presta la plata y se la cobra dos, tres y hasta cuatro veces más. Que yo no debería asegurar eso, que aún no se ha aprobado nada. Hombre, acá no se necesita esperar para saber que así va a ser la cosa. Y como hacer paros no vale, entonces el futuro es seguro.  ¿A quién le importa? Si así como estamos, estamos de maravilla. Y se los aseguro, ni Dios, ése en el que ustedes creen, que todo lo puede, podrá salvar este pueblo, o como dirían los más patriotas, este paraíso, miserable. 

¿Que por qué no hablo de los murales o las paredes pintadas? ¡Ayy! No. Ese es un tema que no quiero tocar. Que se queden con sus paredes blancas, que se queden con su conformismo, que se queden con su miedo, que se queden con sus testículos rotos, que se queden con su Uribe. Futuros ingenieros de callcenter.


- ¿Qué piensa de lo que se está diciendo de traer un técnico extranjero para la selección Chibchombia?

- Estoy completamente de acuerdo, es más, no solo deben traer un técnico extranjero sino todos los dirigentes extranjeros, los futbolistas extranjeros y si es posible traer 34 millones de extranjeros a poblar este país. Nosotros los chibchombianos marcharemos mar adentro hasta que nos ahoguemos.


Pregunta a Santiago Moure en el seriado "El siguiente programa"



Erik J. Vallejo Fonseca
Tw: @DrRascawillie

sábado, 19 de octubre de 2013

Carta al Profesor Piedrahita

Profesor Piedrahita.

Me perdonará usted, de antemano, escribir esta carta en mi blog. Pero le voy a confesar la verdadera razón: yo estaba dispuesto a enviarle esto por un mensaje privado pero me bloquearon en Facebook por publicar una imagen de una mujer desnuda, por eso de las políticas y no sé qué me prohibieron publicar o enviar mensajes largos por 24 horas. Usted sabrá comprenderme.

Yo soy estudiante de la Universidad Nacional, la misma de la que usted pregona haber sido estudiante y, supongo, profesor.

Esto me da cierta restricción para hablar de lo que sucede al interior de la Universidad de Caldas, de sus problemáticas y de sus luchas. Sin embargo, he procurado informarme bien al respecto y lo he complementado con mi poca experiencia en las luchas sociales, por lo cual le expondré mi punto de vista.

Creo perfectamente que usted reconoce las grandes diferencias entre el movimiento estudiantil de los años 80 y el actual, y como usted es un tipo inteligente, también debe saber que es ridículo comparar ambas épocas, ambos movimientos y ambas luchas. Ridículo, claro está, desde que se intenten confrontar para decidir cuál es mejor. ¡Ahh! porque de algo estoy seguro: el suyo se movilizó pero no logró mucho, sino mire no más cómo estamos de jodidos. Y si logró algo y lo dejó perder es todavía más pacato. Así que esos paralelos no me convencen.

Tampoco quiero con esto decir que el mío (aclaro que cuando hablo de "suyo" y "mío" lo digo en sentido figurativo) sea el salvador ni el glorioso. De hecho, este movimiento actual se cayó, se derrumbó y ahora intenta resurgir y volver a lo que era en el 2011. Pero esto no es solamente cosa del movimiento estudiantil y como usted es un tipo demasiado preparado sabrá que acá en Colombia ningún movimiento ha logrado victoria, al menos no en los últimos años. Y no lo va a lograr. Estamos condenados  no solo a la muerte sino a la miseria y la única explicación que yo encuentro para esto se resume en la lentitud, letargo y sueño que sufre  este pueblo. Este pueblo está dormido y más dormido que la niñita del cuento de hadas que se pinchó un dedo.

 Ahhh... este país tiene un único cáncer: los colombianos. ¡Qué va! es que me quedo corto en definir lo que son. Dizque uno debe sentirse orgulloso de ser colombiano ¿orgulloso de qué? ¿de qué hideputas? ¡Acá no hay nada! No hay salud, ni educación, ni trabajo,  ni Derechos Humanos ¡nada! Mis familiares más veteranos me lo decían con desasosiego "desde que tenemos memoria, la salud en Colombia siempre ha estado en crisis"  ¡Dejemos ese conformismo tan ridículo! Acá en Colombia usted intenta cambiar las cosas y a lo menos recibe el aplauso de dos o tres, las críticas de veinte, porque el de este pueblo nace con el gen de la crítica y otro de la pasividad, son una manada de desagradecidos, y por supuesto, quien nunca hace nada, nunca se equivoca, y una amenaza o tres tiros por "sindicalista". Dizque café ¡Cuál café! si acá nos venden es la basura que sobra del buen café. ¿Mujeres lindas? ¡Sí hay muchas! ¿y qué? ¡Y QUÉ! por más mujeres que hayan ellas no me van a solucionar las miserias de este pueblo. ¿Orgulloso? de nada, porque estamos tan mal que tenemos que sentirnos orgullosos de tener dizque ranas de colores, aves, animalitos raros. ¡Qué lógica! Como dijo Fernando Vallejo "Dios no existe y si existe es la gran gonorrea" yo digo: Dios no existe y si existe es la gran gonorrea por crear este pueblo. Este autor se ha encargado de exponer miles de veces las ruinas que este pueblo colombiano ha construido; ¿construir ruinas? sí. Acá en Colombia cada día nos dedicamos a destruir algo, es decir, construir ruinas. Millones de muertos, millones de desaparecidos, miles de exiliados; todos con miedo y felices comiendo mierda. Es mejor un plato de excremento que nada. ¡Pobres niños! Qué lástima siento por los infantes de estas tierras.

Me dicen que debería sentirme orgulloso dizque porque el equipo de fútbol de Colombia irá al mundial. Este país está tan mal que toca sentirse alegres porque un grupo de gente irá a Brasil. ¡Cuál orgullo! ¡Cuál alegría! le cambio ese equipo de fútbol por educación, salud y trabajo. Ni eso, ese equipo no vale tanto pero es suficiente pa' mantener a un pueblo entretenido.

Este país es el más loco y sucio de todos. ¡Este pueblo miserable se contenta con un partido de fútbol! Muertos, secuestrados, amenazados... ¡Qué va! eso no importa porque mañana juegan once tipos que ganan más plata que usted y que yo y que se la gastan en putas ¡Ah! y que de esa platica ni a usted ni a mí nos toca nada ¡Ni más faltara! eso sí es plata sucia. Los pobres, o sea, la mitad de los colombianos, deberían jugar fútbol. O deberían hacerlo más seguido a ver si nos olvidamos de todo lo que pasa en Colombia, ¡Cuál olvidar! si acá nadie sabe nada, nadie siente nada, haya o no haya juego acá nadie se preocupa.

Dizque "Ataque de las Farc deja cuatro militares muertos" deberían poner a algunos de esos Hideputas a quienes les dieron siete millones de prima a que se metan al monte a ver qué hacen. Y ahora Ingrid Betancourt va a volver a la política colombiana, después de que nos iba a demandar por los años de secuestro. Una mujer cínica y descarada, pero eso ya se nos olvidó. Bienvenida.

Pero lo más chistoso de todo es ver a un montón de estudiantes dizque luchando por su educación pero "lo urgente" es ver el partido. ¡Qué belleza! ¡Manada de patriotas! pero no se pierda mañana el gran especial: Pan y Circo.

Como dijo Fernando Vallejo "Colombia es un desastre sin remedio. Máteme a todos los de las FARC, a los paramilitares, los curas, los narcos y los políticos, y el mal sigue: quedan los colombianos."

Si la religión es el opio del pueblo, el fútbol es el basuco.





Se aumentan 7 millones de pesos al salario de los Parlamentarios; se impulsa ley para criminalizar la protesta;
matan a un niño de 5 años; anulan el primer matrimonio homosexual en Colombia... todo en menos de una semana. ¿Y aún así hay que sentirse orgulloso de vivir en este pueblo? ¡Qué va! ni las putas ni la basura del café que acá nos tomamos compensan la desgracia que tiene este país. Crimen es quedarse acá sin hacer nada, a esos que se sienten muy conformes con la situación, a esos es a quienes hay que exiliar. ¡Pero qué hideputas! (como decía Cervantes) el viernes hay partido de la Selección Colombia, dizque "fútbol" "profesional " colombiano, dos mentiras en la misma frase. Pan y circo pa' esta finca cafetera que vela a sus muertos y mañana llorará la pérdida del equipo. ¡Abominable! ¿que por qué no me voy? me preguntan unos, ¿acaso las VISAS las dan en las panaderías? ¡Dejen de ser tan ridículos! que este país necesita que, o nos muramos todos, o que tomemos consciencia. ¡Cómo carajos! si acá nos morimos en la sala de espera de un hospital y nos educamos a punta de violencia porque ni acceso a la educación hay. Acá no ya no sentimos, ya no gemimos, acá nada nos duele, tenemos los testículos rotos de tantos golpes y seguimos en la misma inercia. La bandera de este país debería invertirse: la mitad de rojo y las dos cuartas partes de azul y amarillo.

¿Qué haría un extranjero 50 días en Colombia? Bueno, eso depende. Podría venir a comprar un pedazo de tierra y sacarle el oro; pero me refiero al turista, al que quiere venir porque “el riesgo es que se quiera quedar”. Aguantará diez días, de los cuales ocho serán de búsqueda intensa de la maleta que le robaron saliendo del aeropuerto. Los otros dos serán de turismo. ¡Qué va! Acá son unos hijueputas que ni siquiera cuidan los lugares turísticos, vaya usted al Parque Tayrona en Santa Marta para que vea basura y se vomite con el olor nauseabundo. ¿Nevados? ¿Cuáles? Si todos están vueltos mierda. ¿Qué turismo? ¡Cuál turismo! Acá solo hay que venir a reírse de los pobres y negros y a comer puta.

Disculpe usted, me dejé llevar. Pero ¿cuál era el motivo de mi mensaje? ¡Ah! sí, sí, sus comentarios. Esos que hizo en el grupo de la Universidad de Caldas, digo, grupos de Facebook. Es que mire, después de ver el desarraigo de este pueblo, no queda más que apoyar cualquier intento de revolución o cambio. Censurarlo, meter cizaña, aterrorizarlo como usted lo hace solo fragmenta y divide más lo poco que queda del movimiento. ¿Recuerda el paro del 2008? Espero que sí y dígame usted que tiene más experiencia y sabe más de teorías sociales que yo, un simple estudiante ¿ha mejorado la Universidad? ¿Ha cambiado para bien? Vea le cuento Señor, yo soy una de las víctimas de ese sistema tan perverso. Yo fui admitido al programa de Historia, yo quería hacer dos carreras, Se me olvidaba, yo estudio Ingeniería Civil ¿o ya lo mencioné? no importa, el caso es que fui admitido y pasé papeles como independiente a la Universidad. La matrícula me llegó de  un millón doscientos mil pesos y todo porque salí de un colegio privado. ¡Ahhh! si ese salió de un colegio privado tiene con qué. ¿Será? y mire usted, acá lamentando no poder estudiar Historia. Entonces, ¿cree usted que la mejor solución es quedarse pasivo y esperar a que con firmes argumentos logremos cambiar este país? yo creo que sí, ¡Ésa es la solución! a demás, hay formas de estudiar y luchar, ¿verdad? ¡Obvio! yo dejaría de ir a un parcial por ir a marchar o a hacer un mitin... ¡Ahhh, no, no! verdad que hay que esperar a que ellos quieran y logren entender a punta de discursos sociales.

Señor Carlos, usted me comprenderá y me criticará, usted es un hombre inteligente y con mucha más experiencia que yo, yo solo quiero que algo en este país cambie, pero cualquier persona con tres dedos en la frente sabrá que por vías normales jamás pasará. Pero como usted es un tipo muy culto y supongo que le gusta leer y ha leído mucho, le dejo un documento que habla sobre las luchas estudiantiles en México. ¿Sabía usted que en México la educación es gratuita, incluyendo Postgrados? ¡Claro que lo sabe! soy un tonto al pensar que no. ¿Conoce usted toda la revolución y el tiempo de luchas que ellos tuvieron? ¡Claro que lo sabe! pero si se le ha olvidado algún detalle, de dejo este documento:   http://www.cisma.ctit.cl/1%20numero/Aboites-Educacion.pdf   Léalo calmadamente y se dará cuenta que esa "normalidad" que usted defiende no funciona mucho que digamos. ¡Un semestre! se va a cancelar un semestre, pero ¡Claro! es preferible un semestre que el resto de la educación. ¿O no? Imagínese que hace poco yo le envié una carta a un profesor de apellido Monroy, él decía que a los estudiantes nos quedó grande estudiar y luchar a la vez, pero ¿sabe algo? yo diría que al colombiano le quedó grande todo. Acá la gente vive feliz pobre, humillada y sometida. Por eso es una tontería luchar.

Le voy a contar algo, yo conozco a una niñita que estudia en la UdeC, ella es de ojos verdes, y  quiere regresar a clase, porque quiere estudiar y dice que se le está negando la posibilidad. Pero ella paga cerca de dos millones de pesos de matrícula y tiene con qué, bueno, ella no, sus padres. También conozco a un compadre, ese sí es más amigo mío, lo estimo mucho, él paga cerca de cien mil pesos por semestre pero muchas veces no tiene con qué y se ve realmente en apuros. Él trabaja en los semáforos haciendo malabares para poder transportarse y pagar su Universidad. Y mire usted, ambos quieren estudiar, con una diferencia abismal, la primera solo quiere graduarse para conseguir empleo y seguir incrementando el capital de su familia, ¿que cómo sé eso? ella me lo dijo, bueno, no realmente, alguna vez lo dijo y yo de chismoso escuché. El segundo quiere ser profesional y un mejor ser humano, ¿que cómo sé eso? no, no me lo dijo ni tampoco lo escuché, simplemente lo sé y lo sé porque he compartido un par de veces con él. ¿Quién tiene más derecho a la educación? ¡Los dos! claro que los dos tienen el mismo derecho, acá no se debería negarle la oportunidad a nadie, pero aquel muchachito que hace malabares a veces deja de comer por pagar las fotocopias, a veces le toca irse caminando de polo a polo de la ciudad porque no tiene dinero. ¿Que por qué no se consigue un mejor empleo? uno decide en qué quiere trabajar y tan miserable es este país que hasta a uno le toca trabajar por obligación, todo los días yendo a un callcenter y odiar y odiar más la existencia. ¿Y entonces? ¿debemos esperar a que haya dizque voluntad política para que mi compañero tenga acceso a una educación gratuita o al menos más asequible?

En el 2011 alguien se me acercó y me dijo "Usted es un cabrón que promueve el paro, deje estudiar a los que queremos Y EL QUE NO TENGA PLATA PUES QUE NO ESTUDIE, YO SÍ TENGO CON QUÉ"

La palabra "idiota" viene del griego "idiótes" que a su vez viene de la raíz "ídios" que significa "lo privado, los particular, lo personal" por lo tanto, idiota es la persona que se preocupa por sí mismo sin prestar atención a lo público y/o político. Pero usted eso ya lo sabe, usted ha leído y conoce mucho.

Hay que ser considerados con los compañeros que viven de otro lado, ellos están gastando mucha plata mientras que los que vivimos acá no. Esta lucha es egoísta, acá solo queremos educación para unos pocos. ¿Qué pasa entonces con Don Cosme Fulanito que vive en Manizales y no solo paga los 400.000 pesos mensuales del arriendo sino que también tiene que pagar los 300.000 pesos o más de matrícula semestre a semestre, pagar el colegio del hijo menor y fuera de eso, sostener a la familia? ¡Ahhh! pero es que ese vive acá y qué carajos, ese tiene con qué pagar, en cambio el que viene de otra parte no puede perder esa platica.

El que no quiera que no luche, el que se quiera ir, que se vaya; si algo aprendí en el 2011 es que son más los que quieren un mejor país Y A LA VEZ SALEN A LUCHAR. ¿Trabajo comunitario? ¡Claro! importantísimo, pero imposible cambiar realidades cuando no hay ni educación, ni salud, ni empleo. ¡Idiotas! (me refiero a los que se preocupan solo por sí mismos, arriba hice la aclaración).

Mire, muchos me dicen que solo critico y no es verdad, yo hago cosas para cambiar este país pero nadie tiene porqué saberlas, esta carta no es para vanagloriarme, yo tengo claras mis intensiones sociales, sin embargo actualmente soy un pesimista, mandé al carajo muchas de mis luchas sociales y sobretodo estudiantiles. ¿Por qué? porque no hay unidad. Y hay unos que se empeñan en dividir y dividir más y más y más lo que queda.

¡Al carajo con estos desagradecidos! ¡Que se los coma Uribe!

Finalmente, quiero dejarle una frase para que la reflexione, no sin antes decirle que me preocupa el hecho de que usted, siendo un profesor ocasional como dice ser, quiera acobardar la lucha, ¿será usted uno de esos profesores que hacen parte de esa manada de borregos? ojalá y que no.

"No se haga tanto el humilde, que no es usted tan grande. (Golda Meir, jefa de Estado israelí al general Moshe Dayan)"


De una manera fraternal le escribo este texto, horrible, lo sé. Pero qué más da, no soy un literato. Muchos Éxitos.




Atentamente, Erik J. Vallejo Fonseca.

TW: @DrRascawillie

lunes, 16 de septiembre de 2013

A los pobres hay que envenenarlos

Para solucionar el hambre y la pobreza, cómase a un pobre
Graffiti en alguna pared de Bogotá.

Cuando dije que las mujeres son putas incluso antes de nacer, no quería con ello, decir que son el único problema que aqueja al mundo. Para muchas personas, los humanos de color diferente al blanco o rosadito y ese sarcoma social de méndigos, zarrapastrosos y desechables, son una infamia de la naturaleza que debería desaparecer para mejorar la especie homo sapiens.

Hace un par de meses, algunos portales en Internet, revistas y periódicos de todo el mundo publicaron la jocosa -a mi parecer- noticia de la propuesta que hizo Gina Rinehart, la mujer más rica del mundo. Ella quiere esterilizar a las personas de bajos recursos para lograr que la sociedad australiana progrese. Y no es la primera vez que hace comentarios en contra de las personas a las que ella llama pobres. (Ver noticia aquí). Esta señora gorda (que no tiene porqué preocuparse por el físico ya que tiene el dinero suficiente para pagarle a un muchacho con erecciones fuertes que logre hacerla gritar y ver las estrellas con un orgasmo) es el claro ejemplo del hombre contemporáneo, el que siempre lucha por el bienestar de todos y el progreso del mundo.

Sin embargo, me es imposible compartir la idea que Rinehart tiene, sobretodo porque creo que a los pobres no solo hay que castrarlos sino envenenarlos; hay que evitar a toda costa que se reproduzcan y a la vez acelerar el proceso de extinción. ¿A quién carajos se le ocurre defender a esos méndigos? Solo entorpecen el paisaje, generan malos olores y son los responsables de la contaminación global; la mayoría son violadores, pervertidos, ladrones, estafadores y analfabetas. Está claro que sin ellos la humanidad podría progresar, dejando atrás las hambrunas, disminuyendo la sobrepoblación y acabando con el estigma social. El dinero invertido en el veneno se recuperaría fácilmente, Estados Unidos tiene experiencia en eso de envenenar a la gente. Aunque recientemente se me ocurrió proponerle al Presidente Santos que incluya a estos entes en los tratados de libre comercio que tanto nos benefician; por cada pobre, que podría convertirse en un esclavo, podrían darnos unas cuantas libras de maíz transgénico. ¿Alguien sabe en dónde puedo hacer esta tentadora propuesta? Estoy seguro que más de un multimillonario, de la misma clase que la australiana, me apoyaría.

Cada año se publican estadísticas haciendo referencia a las ganancias que los hombres más ricos del mundo obtuvieron “Tantos multimillonarios ganaron lo suficiente para acabar con el hambre del mundo 4 veces” suele ser consigna sagrada en esos artículos. Esto resulta muy cómico porque, en primer lugar, la noticia no logra convencer a los ricos para que donen el dinero y salven a la humanidad; en segundo lugar, esta clase de estadísticas no trascienden ni se vuelven tema de discusión popular. Y en tercer lugar, porque los pobres, afortunadamente, no tiene acceso a este tipo de información. Para nadie es un secreto que la pobreza se ha extendido a lo largo de todo el mundo; unos países sufren más que otros. Yo nací en el tercer país más desigual del planeta y la situación es crítica.

En esta República-Norteamericana-Cafetera llamada Colombia, la pobreza es un cáncer; de los más asquerosos;  de esos que hacen metástasis y poco a poco van consumiendo la vida de este pueblo y se vuelve mayor la desgracia cuando se es mujer o de piel oscura. Varios personajes han dicho que esta enfermedad hace parte del día a día de algunas personas, unas inocentes y otras por simple convicción espiritual, y en ocasiones algún Honorario Parlamentario  termina por lanzar alguna afrenta contra esa gentuza. Tal es el caso del dignísimo Ex Diputado de Antioquia, Mesa Cadavid quien, muy acertadamente, expresó “Meterle plata al Chocó es como meterle perfume a un bollo… No estoy de acuerdo que los recursos de Antioquia se metan en nada, ni al Chocó ni a nada”.  En Colombia ser pobre es un castigo y acá hay más de 15 millones de condenados.

Curiosamente, medir la pobreza no es tan difícil cuando se vive en un país como este; es simple cuestión de números. Si una familia gana más de 300.000 pesos por mes (cerca de 150 dólares), deja de estar en lo que se considera miseria; si gana el doble deja de ser pobre ¡Así de fácil! sin embargo, hace varios meses el Departamento de Planeación Nacional realizó nuevas mediciones y propuso que si una familia gana 190.000 pesos al mes, dejaría de ser pobre. Cínicamente, los defensores de la expuesta, ganan alrededor de 10.000.000 de pesos.  

Seamos realistas;  los pobres son un espectáculo; son una especie de payasos que pertenecen a este país, que en últimas, no es más que un circo de mala muerte, más malo que cualquier putiadero de mi ciudad. (¿Putiadero? ¿Cómo así? ¿Acaso hay cosas como esas en esta ciudad tan conservadora y perfecta?). Los pobres nos causan risa; eso de que nos conmueven el corazón y nos producen lástima es pura paja. Ya lo he dicho, el amarillismo y el morbo venden, por eso las putas, los pobres y los oscuritos hacen parte del folclore de Colombia, aunque últimamente los borrachos también han entrado al elenco de los comediantes, resultaron ser personas que dejan cuadripléjicas, matan a otras inocentes y luego quedan libres; por otro lado, un tipo pasa 9 años en la cárcel por robarse un mísero cubo de caldo de gallina. Así es la Justicia  colombiana.

Los pobres tienen comportamientos similares que los caracterizan. Si algo he notado en el tiempo en el que he desarrollado labores comunitarias, es que están llenos de hijos. Son pobres pero con mucha energía sexual. Parecen conejitos y, por desgracia, sin preservativos.  No tienen dinero para comprar un condón y dado que desconocen que la planificación es gratuita, comienzan a pulular niños y niñas en las mismas condiciones de pobreza. Jamás he entendido el porqué no les enseñan otras prácticas sexuales. Las mujeres, por ejemplo, deberían aprender a hacer una buena felación y los hombres a usar su boca y dedos (es decir, las dos terceras partes de su potencial sexual). “¡Pero qué cosa más perversa!” dicen algunos godos. Lógicamente, esas prácticas son satanizadas por una cultura mojigata, moralista y estúpidamente conservadora, eso sí, el dicho es claro “cada hijo trae un pan debajo del brazo”. ¿Será que la religión es una razón de fondo para el exceso de población y pobreza?



Pero comienzo a creer que eso de ser pobre no es ni tan mala idea, total, la biblia nos enseña que en esas condiciones de indignidad humana, se puede llegar al cielo, donde nos encontraremos con papá Dios que luego nos enviará al infierno porque no tuvimos dinero para invitar a salir a esa hermosa chica y terminamos estirándonos el caucho y viendo pornografía (algo de pseudopornografía son algunos periódicos locales que en su contraportada tienen a una mujer con sus senos expuestos). Aún con todo eso, la pobreza es un negocio y muy rentable; acá hay pobres de nacimiento y pobres de profesión, y esto hace que resulte muy difícil comprender todo el comportamiento social. 

Es necesario repensar una nueva sociedad llena de personas que carentes de condiciones dignas. Distribuir mejor el capital; invertir en obras sociales; mejorar la calidad de vida; generar políticas que disminuyan la concentración de dinero y desarrollar una voluntad política más humana, es una tarea muy difícil y costosa cuyo monto no están dispuestos a pagar nuestros líderes multimillonarios. Es por eso, que propongo acabar con ellos, exterminarlos, barrer las calles y dejarlas limpias para así lograr una sociedad más justa.

¿Se siente ofendido? Pero ahora mismo usted está leyendo esto por Internet ¿verdad? Simplemente quiero dejar a consideración la posición que cada uno tiene respecto a las personas que por alguna razón (yo insisto que es por razones divinas) han tenido que llevar en sus hombros el peso de la miseria. Muchos son sensibles al hablar y falsos de reflexión. Pero respeto sus opiniones, acá cada cual es libre de hacer lo que desee, por eso unos se limpian el culo con las manos y a veces con hojas de plátano que dejan ardiendo el ano y otros con billetes de cincuenta mil pesos que dejan oliendo rico.

Finalmente, les doy un consejo a mis compadres, a mis compatriotas; a aquellos que lloran cuando la selección pierde y son indiferentes frente al resto de cosas que tiene Colombia: no se preocupen, no se quejen, no hagan nada; porque así como estamos, estamos bien. Recuerden lo que nos dijo Alejandro Ordoñez Maldonado “Nos lo están metiendo con vaselina” y por eso no sentimos las injusticias de este país.

Twitter: @DrRascawillie

Este artículo es libre. Acepto su reproducción total o parcial siempre y cuando se mencione el nombre del autor, se indique la dirección de este blog y no sea para fines lucrativos.


Erik J. Vallejo Fonseca

miércoles, 5 de junio de 2013

Se dice que las mujeres son PUTAS incluso antes de nacer


“[…] todo el mundo dice que somos las puticas... Yo, por ejemplo, siento que ya no soy persona... me tocó esto y no hay nada que hacer”. Testimonio de una niña de 15 años que por desgracia (y la voluntad de Dios) terminó en el mundo de la prostitución.


Hace poco hubo una noticia muy ruidosa en Colombia sobre una práctica sexual entre jóvenes. “La ruleta” un juego popular que consiste en formar un círculo de mujeres mientras hombres -que bailan en el centro- las penetran al ritmo de la música y van rotando; quien eyacule pierde, así, el ganador será el tipo que más tiempo resista. Y resulta obvio que haya sido titular; cualquier noticia que involucre la palabra “sexo” vende. No se puede hablar de eso, pero si nos dan un papayazo ¡Bang! Morbo y amarillismo ¡Jóvenes pervertidos! Y cualquier otro término peyorativo. Me da por pensar que quienes comenzaron con el escándalo fueron ancianos. Ellos porque sienten envidia al ver a esos jóvenes vigorosos con sus erecciones rígidas y potentes. Ellas porque saben que nadie les haría el favor (aunque hay gente pa’ todo) de explorar en aquel lugar donde rara vez llega la luz del sol.

Al comienzo quise hacer un análisis psicosocial sobre esta práctica tratando de encontrar alguna relación entre la represión sexual y ese conservatismo nauseabundo que se respira en este país. Pero hubo un acontecimiento que cambió el rumbo de mi pequeña investigación. Conocí a dos paisas, Yenni y Monica, residentes en Medellín. Les pregunté sobre el tema y sorprendentemente  me dijeron que no tenían mucho conocimiento al respecto y que apenas  se habían enterado del escándalo por televisión. Aseguran que no es tan “popular” como lo hicieron ver (confirmando una vez más el amarillismo que manejan los canales colombianos). Era más bien –según ellas- un juego que pudo haber sucedido  dos o tres veces entre algunos adolescentes y a partir de esto se armó toda la parodia, que en lo personal me pareció muy dramática y cirquera. Lo que más gracia me causó fue que en medio de la tragedia que formaron, el titular decía “juego en donde ni siquiera saben quién es el padre” Como si lo único o lo más importante del asunto fuera el anonimato del futuro papá ¡estos medios de comunicación siempre tan preocupados por el futuro de los niños con familias disfuncionales!

Días después salió una crónica sobre unas niñas involucradas en prostitución con mineros en Segovia. Bastante delicado el tema ya que involucra abusos sexuales y otros delitos de lesa humanidad; un texto difícil de digerir (Ver noticia aquí). Y como vivimos en el país del sagrado corazón, donde todo es un circo y una parodia del más grueso y repugnante humor, sale el alcalde, Jonhy Alexis Castrillón diciendo que “en el pueblo no hay prostitución porque las mujeres son muy calientes y no necesitan que les paguen”  ¡Ayyy qué rico!

Y después me puse a leer noticias relacionadas en busca de algún patrón o una señal que me permitiera hacer una buena crítica. Fue allí donde descubrí que en Colombia las mujeres o son esclavas del hogar o son unas degeneradas. ¡Putas! de la misma calaña que los maricones y los oscuros (aclarando ante todo que en este país no existe la homofobia ni el racismo; si usted llega a ver algún acto discriminatorio, recuerde que es producto de su imaginación). La culpa de todo la tienen ellas, que incitan y provocan a los hombres. Sobre todo si se permiten cierto grado de libertad sexual ¡eso sí es el colmo! La mujer que disfruta de su sexualidad es tildada de furcia y zorra; si hoy tiene relaciones sexuales con un hombre, es una mujer fácil y una ramera. Si en una semana se acuesta con otro hombre entonces es una reputa. Y si en dos semanas se acuesta con otro hombre diferente, ¿cuánto cuesta? Y esa es la razón del título de este texto; la mujer es una puta incluso antes de nacer, por eso hay que encontrar la manera  de reprimir esa parte natural del ella. No se puede permitir que ella piense, hable o desee –cualquier cosa relacionada con- sexo. Hay que hacerle una ablación mental (para desgracia de algunos, la del clítoris está prohibida… excepto si hace parte de alguna comunidad indígena –porque a ellos hay que protegerlos, respetarles sus derechos y todo eso-). Cuántas veces he escuchado la misma frase, “póngale cuidado a esa niña que dentro de poquito termina embarazada” ¡son ellas! Solo ellas tienen la culpa. La mujer ha sufrido el peso de una sociedad machista, en donde se educa a las niñas para que no sean violadas en vez de educar al niño para que no viole (Acá llegan los genetistas, algunos religiosos,  a decir que los violadores tiene un gen violador). La sociedad está tan reprimida que ahora parece un cúmulo de enfermos que solo buscan satanizar el sexo y siempre negar la posibilidad al resto de disfrutar sanamente de la sexualidad.

Y  acá quiero aclarar que otra de las intensiones del escrito es tratar un tema más peligroso y delicado: la educación sexual, que en Colombia ha sido manoseada, pervertida y golpeada; es un tema prostituido y deformado por un moralismo asqueroso defendido por algunos homofóbicos y reprimidos que se sientan cómodamente en las sillas del congreso, senado - o cualquier otra estancia de la corrupción- y que tienen como objetivo castrar a toda esta manada de sujetos liberales, progresistas o gente del común que busca defender las libertades y derechos fundamentales. No se puede permitir que estos expositores excrementales sigan haciendo del congreso una iglesia. Cómo sería de diferente este país si personas como el HP (Honorario Parlamentario) de "Don Lein" aceptara públicamente su adicción a la sodomía  y su problema de disfunción eréctil.

No pienso desgastarme contando sobre la infinidad de estudios y tratados que se han escrito acerca de la importancia de la educación sexual (no solo durante la pubertad sino durante toda la vida) porque sé que ni eso ayudaría a cambiar el pensamiento conservador y moralista de algunos. Admito que mientras escribía este texto, logré exaltarme y  se me antojaba una especie de ira al recordar las sandeces y miles de tonterías que he escuchado sobre el tema. ¿A quién se le ocurre dar clases de educación sexual y salud reproductiva? ¡Solo a los pervertidos, morbosos e invertidos! No se le puede abrir los ojos a una vaca eso sería incitarlos a que tenga relaciones sexuales a temprana edad  ¡qué horror!

 La falta de educación sexual está directamente relacionada con embarazos no deseados, infecciones de transmisión sexual  y abortos. Si a un joven se le educa para que cuide su cuerpo, respete su integridad y disfrute responsablemente de su sexualidad, sin ninguna duda, tendrá consciencia a la hora de tener relaciones y será consecuente con sus decisiones. Pero en Colombia se maneja una doble moral (en todo). Por una parte se prohíbe hablar de sexo y se coarta la libre expresión de la sexualidad; por otro lado, las niñas en navidad reciben de regalo bebés, cocinas y lavadoras. Pero eso es muy lógico, hay que enseñarlas desde chiquitas para qué es lo único que sirven: ser esclavas de la casa y complacer a su marido, ¿para qué más puede servir una mujer?  Al niño se le dan carros, balones y figuras de acción, porque eso es de varones. A las niñas hay que darles una muñeca perfecta y comenzar a moldear su mente para aquel estereotipo, ¡y eso que en el mejor de los casos!


Se nos educa para avergonzarnos de nuestro cuerpo; es inmoral mostrar nuestras partes íntimas, porque esa es una zona sucia y prohibida. Las palabras pene, vagina, condón y penetración han sido borradas del diccionario coloquial colombiano. Se prohíbe tener relaciones sexuales porque es un atentado contra la integridad del humano, pero también está prohibida la masturbación porque es “un acto egoísta” Así que la única solución es reprimir todos esos deseos. ¡Pobre de la mujer que sea lesbiana! Ella sí tendrá que soportar muchos más desprecios (aunque será la inspiración de muchas pajas del tipo que se imagina haciendo un trío o del macho muy macho que sería capaz de hacerla cambiar de orientación)
Yo quiero darles un consejo a todas las mujeres mayores que lean este artículo. Si usted señora, es una reprimida sexual que agarra una cruz y reza cuando siente deseos, ¿por qué no se corta las venas? deje de reprimir a las demás mujeres; si tiene un marido que le da un pésimo sexo, entonces consígase a otro pero no se convierta en una represora. Es más, si lo que busca es a un hombre joven que le haga ver las estrellas con un orgasmo, tengo un par de amigos que pueden ayudarle con eso, estoy seguro que Don Luis no se negaría.

El error de muchos padres es olvidarse de lo que ellos vivieron, de todos esos cambios fisiológicos por los que pasaron. Uno a la edad de 15 años, con una sobredosis de hormonas y en plena pubertad, solo quiere meterlo en donde sea. El peso social y ese cargo de consciencia se mezclan con la represión y se convierte en una bomba de tiempo. Cuando llegue el momento, no hay regla, norma o ley que detenga lo que se aproxima. ¡Es muy obvio! Y parece que algunos se han puesto una venda en los ojos a propósito. Por naturaleza, lo prohibido es lo más atractivo. Las niñas que más han sido sobreprotegidas son las primeras en caer y lo sé porque en algún tiempo tuve amigas que pasaron por esto y que ahora son unas putas.
Imagínese una joven que a los 15 años quiso explorar y sentir los placeres que brinda el buen sexo; y por cualquier razón quedó en embarazo. He aquí el primer problema: embarazo no planeado y en la mayoría de los casos, no deseado. El miedo se apodera de ella y decide abortar, entonces se presenta el segundo problema: en Colombia el aborto no es legal del todo, lo que significa que esta niña se practicará uno de forma insegura y peligrosa. Entonces, ¿no es la falta de educación sexual el primer factor que contribuye a problemáticas como el embarazo no deseado y el aborto? Una niña que se eduque para que respete su integridad y disfrute responsablemente del sexo, es una mujer con muchísimas menos probabilidades de que cometa el error de acostarse con un hombre sin protección o sin estar consciente de lo que hace. Sé que más de uno no estará de acuerdo y lo entiendo perfectamente, porque –como decía Erykah Badu-  “la gente está incómoda con la sexualidad que no es para consumo masculino

Siempre he sido un crítico de los artículos largos (porque sé que en Colombia no los leen)  y por alguna razón, este fue un poco extenso. Ojalá leer y escribir fuera tan popular como “Colombia tiene talento” o tan rentable como hacer una novela sobre paramilitares. ¡Qué le vamos a hacer! Hasta rezar es más común que leer. ¿Será que por eso hay tanto creyente y tan poco crítico?

Finalmente, a la mujer le doy un consejo: disfrute del sexo, mastúrbese, conozca su cuerpo ¡explórelo!  Sienta, grite, gima, ríase, dóblese, salte, rasguñe, respire profundo y siempre sea responsable. No se avergüence de su cuerpo y cuando quiera tener sexo hágalo con tanta pasión como pueda; eso sí,  a todo hombre mal polvo muérdale un testículo y riegue el chisme ¡pa’ que se componga!


Tw: @DrRascawillie

miércoles, 15 de mayo de 2013

Colombofobia: el país laico que legisla con la biblia.



¿Otra vez? ¡Qué pereza! A mí no me gusta leer textos que hablan mal sobre Colombia, este hermoso pueblito Surnorteamericano, lleno de paz, democracia y esas cosas. Las personas deberían dejar de criticar tanto y ponerse a trabajar como Dios manda. ¿De qué se quejan? Acá todo es perfecto; tenemos el desempleo perfecto, una falta de salud perfecta, un analfabetismo perfecto, un perfecto desdén por los demás, somos los perfectos antracitas latinoamericanos, tenemos una inseguridad perfecta  y por si fuera poco, también tenemos ranas de colores, aves, ballenas y demás güevonadas por las que nos sentimos orgullosos. Pero basta de lambonerías innecesarias. Este texto está dedicado a todos esos neófitos que luchan por una igualdad social o no sé qué.

Por difícil que parezca, en mi vida he conocido gente que cree que la palabra “Laico” es sinónimo de religión, devoto, creyente o algo por el estilo. Es por esto que les voy a revelar el significado de esta palabra,  “Que no tiene órdenes clericales // Independiente de cualquier organización o confesión religiosa.” * Así es, aunque duela y parezca una puñalada en nuestra historia, la palabra Laico es todo lo contrario a lo que se creía. Y a mí me dolió más cuando por fin comprendí lo que quiere decir “estado laico”, muy de la mano con el artículo 19 de nuestra formalísima constitución y del preámbulo en donde invocamos la protección del todopoderoso. Más tarde hice un análisis y me di cuenta que  -como si fuera el sarcasmo en su estado más puro- nos jactamos de que Colombia es, Un Estado Social de Derecho, y un Estado Laico

Muchos se preguntarán de qué hablo (otros, ni siquiera van a leer hasta acá). ¿Qué es eso de Colombofobia?  Basta con unir dos conceptos, Colombia: un país que se ha quedado en una época sangrienta ensalzada por la televisión nacional (cada vez más en detrimento, por cierto); y Homofobia: la aversión o desprecio contra hombres y mujeres homosexuales. En pocas palabras, un estado subdesarrollado que desprecia y odia a un grupo de ciudadanos con una orientación sexual diferente (aparentemente) de quienes se sientan en esas cómodas sillas del congreso. Colombofobia es un pueblito hipócrita y resentido ¡acá van a rebuznar los falsos progresistas! gobernado por algunos con un doppelgänger pérfido. Son el Doctor Jekyll  para las multinacionales y el Señor Hyde para los colombianos. Un lugar donde se le vulneran derechos y se les niega la posibilidad a los homosexuales de casarse ¡Este es mi país carajo!

Sé que el tema ya está muy quemado. Ahora nadie quiere hablar del matrimonio entre homosexuales. Debemos actualizarnos en noticias, como lo de la Madre Laura (la primera Santa colombiana) o la alianza entre Venezuela y China. Cosas como esas venden y más si se impregnan de morbo o algún debate entre ateos y creyentes o entre quienes se creen socialistas y los capitalistas puros. Pero hoy quiero hacer una crítica tardía y contextualizada; expresar lo que siento y pienso al respecto. No soy homosexual, pero tengo amigos y amigas que tienen otras orientaciones; son personas brillantes, inteligentes y excelentes seres humanos.

Mientras estaba de moda el tema, tuve la oportunidad de charlar con muchas personas al respecto y por circunstancias interesantes terminé en una discusión o lo que la gente llama eufemísticamente “Debate” con un grupo de personas que pertenecen a  comunidad LGTBI -o como elegantemente se dice entre los pasillos del congreso: “los mariquitas” - algunos estaban a favor y sorprendentemente otros no. Estos últimos argumentaban que Colombia no está preparada para esta clase de legislaciones. Sin embargo, hay que aclarar que esta hermosa patria nunca ha estado ni está preparada para nada. ¿Estaba Colombia  preparada para “abolir” la esclavitud? ¿Estaba Colombia preparada aquel primero de diciembre de 1957 para darle la posibilidad de votar a las mujeres? ¡No! Seríamos muy ingenuos al pensar que primero se debe hacer un proceso de educación en este tema antes que legislar, porque nunca será posible arrancar de esa mente conservadora, mojigata y cromagnona las ideas homofóbicas, misóginas y machistas.  Pero no seamos tan históricos, ¿Colombia estaba preparada para un TLC con EEUU? Pero ¡Claro! ¡Es obvio! con el tratado de libre comercio muchos ganan platica; en cambio con el matrimonio igualitario no hay billete de por medio (al menos no lo suficiente).  Lo que más me sorprendió del debate fue que alguna persona dijo que muchos buscaban poder casarse para <<No estar en pecado con Dios>> (y tuve que reprimir mis deseos de reír). Pero es bastante válida la postura ya que bajo los estamentos bíblicos, una pareja debe estar cobijada bajo “el santísimo” matrimonio, es decir, tener la firma de Dios. Algunas horas después leí algunas frases que me hicieron reflexionar y pensar  sobre  curioso que resulta defender la creencia en Dios cuando la misma religión (y su texto sagrado) los trata como unas basuras. Muy respetable su posición. Yo por el contrario soy un adepto al concepto de “lo único sagrado es que no hay nada sagrado” que dejó plasmado Aleister Crowley.

A ver, a ver… nada de drama con los que creen en Dios, pero ¿por qué tiene que entrar con la biblia debajo del brazo al congreso (o senado o lo que sea)? ¿No se supone que deben jurar lealtad a la CONSTITUCIÓN POLÍTICA COLOMBIANA? Y  me surgen otras dudas, ¿No se supone que deben velar por los derechos y libertades de todos los colombianos? Unos dicen que aprobarlo sería dañar el concepto de familia ¡Eso sí me hace reír! Espero que los conservadores inquietos, consulten sobre el origen del concepto de familia que tenemos hoy en día ¡perverso! y yo definitivamente tengo que decir  lo que pienso: el problema es de religión, voluntad política e idiosincrasia. Primero, acá todos los creyentes creen tener la pura razón, se creen los post-metafísicos (sí, sí. Post, de ahí parte lo caricaturesco) del siglo XXI. Segundo, la mayoría de los que están en el congreso son fieles misóginos y machistas, lo que dificulta una política transparente que vele por los derechos fundamentales de los ciudadanos. Finalmente Colombia es todo un cúmulo de tradiciones arraigadas y totalmente permeadas por un conservatismo nauseabundo.

¿Qué sería de Colombia sin todos esos negros esqueléticos que mueren hambre? ¡Perderíamos el folklore! ¿Debería Colombia evolucionar en un estado realmente libre e intercultural? ¡Claro que no! Iríamos en contra de ese nazi colombiano que todos tenemos, no podemos dejar perder el Führer antisemita y anti-homosexual (o anti-todo lo contrario a la única y verdadera religión).  ¡No podemos perder nuestra esencia! En este país se deben prohibir el matrimonio homosexual, el aborto, la legalización de las drogas y otras cosas… al menos hasta que se vea un CVY de esos motivadores; de esos que realmente hacen reflexionar.

Pero ¿Qué más puedo hacer? Criticar y expresar lo “Acaparador, alborciador, alborotador, alcornoque, ametrallador con babero, anacoluto, analfabeto, analfabeto diplomado, anfitrión, animal, antipático, antracita, antropófago, antropopiteco, aprendiz de dictador a la nuez de coco, archipámpano, arlequín, arrapiezo, asno, Atila de guardarropía, atontao, atropellador […]” (y los demás improperios del capitán Haddock) que puede llegar a ser un congresista colombiano. Me ofende que tengamos tantos congresistas excrementales que coartan los derechos de algunos ciudadanos. ¡Este es Colombofobia! el pueblito en el que nací, que Como dice Pablo Rolando “Mucho de paternalista, pacato y absurdo hay en las leyes de nuestro país.”

*[Fuente: diccionario de la lengua española, vigésima segunda edición]

domingo, 14 de abril de 2013

Putas, paras y coca: apología a una historia que se escribe con sangre.

Qué jartera  leer un texto que habla mal sobre -cualquier cosa relacionada con- nuestra quieridísima patria hermosa. El mejor vividero del mundo, el Olimpo terrenal. Qué mamera, qué estrés, qué pereza escuchar a todos esos criticones que siempre van en detrimento con la imagen perfecta de Colombia. A esos malévolos,  que solo despiertan para dañar a este hermoso pueblito Surnorteamericano, les dedico este texto.


Desde hace muchos meses (y no exagero) el televisor que hay en mi cuarto solo sirve pa’ poner la toalla mojada después de cada baño. No lo he encendido desde hace mucho tiempo - espero no hacerlo por los próximos años- y la razón es que no encuentro nada atractivo en los programas. Discovery se convirtió en una programadora de megaminería; History en aliens y venta de antigüedades con la voz de Don Cangrejo; los nuevos capítulos de los Simpsons perdieron toda gracia; la programación nacional es una porquería (literalmente) y en general, prefiero estar sentado en mi computador escuchando música, viendo pornografía  o leyendo algún libro. El punto es, quienes  han entrado a mi habitación, saben que esa cosa solo estorba para pasar a mi biblioteca; es más, prometo que mañana mismo saco ese tiesto de mi habitación.


Siempre he visto con sesgo y desagrado las novelas colombianas, en especial, aquellas que se viene produciendo en los últimos años. Me cansé de escuchar siempre lo mismo: putas, drogas, paramilitares y en las peores ocurrencias, comedias con ese humor colombiano que -en el mejor de los casos- no pasa de ser invertebrado, sucio, mercantilista, ridículo, estúpido y que solo me provoca una especie de vergüenza ajena. Así es, en los programas colombianos no hay  absolutamente nada interesante (sin mencionar a los realitys, que son la prueba más clara de la infamia humana) y fue precisamente esto lo que me llevó a escribir este texto, pues en las últimas semanas he notado bastantes  comentarios, críticas y una gran polémica por una nueva novela de RCN, llamada “Los tres Caínes” que, según leí y vi en un par de capítulos por Internet, se trata de la historia de los hermanos  Castaños, quizá los paramilitares más nombrados en este país.


Está claro y al parecer es una obviedad que pocos entienden, que todas las novelas, series y programas que tratan el tema de la violencia y ese cúmulo de problemas y situaciones que se han escrito con sangre, solo son una apología a la tragedia, una exaltación al dolor y una antítesis que convierte en héroes macabros a los actores (tanto los ficticios como a los reales) que logra perpetuarse en las mentes (aclárese: uso el término de “mentes” sarcásticamente) de aquellos colombianos que disfrutan y encuentran en esa amalgama de escenas casi que putrefactas un espacio para relajarse y “compartir” en familia antes de ir a dormir.


Por más que lo pienso, no logro comprender cómo alguien es capaz de resistir más de 10 minutos frente al televisor encarretado con estas novelas. Pedro Pablo se enamora, tiene moza, mata gente, se acuesta con esta y con aquella, jura venganza, se estira el caucho, vuelve a matar, gana dinero, es narcotraficante, tiene un auto, le sacan primera y segunda temporada y finalmente toda Colombia termina enamorándose de aquel tipo justificando sus actos a partir de una ridícula y estúpida historia cuasiromántica, tan mala como la de Crepúsculo. Shakespeare vomitaría sobre el libreto de esa novela. Luego llega el patrón (curiosamente también se llama Pablo, ¡pobre Pablo!)  un poquito más gordo, con frases caricaturescas,  una pinta igualita a algún personaje querido por muchos, con un argumento y proyección a la gloria que finaliza con una muerte injustificada, o al menos así  se quiso mostrar. Al parecer la imaginación de estos canales se fue agotando y como último recurso para no quemar más la imagen de aquel Pablito, agarraron una historia mucho más sangrienta, mucho más tenebrosa y mucho más reciente. Los tres Caínes, ¡qué éxito! ¡Maravilloso! ¡Bravísimo! ¿Qué podría vender más que una telenovela basada en paramilitares? Gustavo Bolívar es un genio en la venta de novelas. Sin embargo, pareciera como si la palabra “Caínes” que la imprimen como un adjetivo, se robara toda la atención y le inyectara esa energía que se necesita para vender la serie. Es una invitación a recordar la historia de Caín y Abel, en donde la sangre representa la exquisita trama y el castigo de un dios cualquiera le da el toque dramático. ¡Pero es obvio! No la hubiesen podido llamar “Los tres Castaños” ni “los tres hermanos” ¡NO! Eso no vende y hay que admitir que en Colombia hasta aceptamos humildemente una patada en los testículos con tal de que nos haga sucumbir ante una hermosa historia de amor.


¿Por qué?; ¿se lo han preguntado?; ¿por qué en Colombia hacen ese tipo de novelas? Eso es muy fácil de responder: porque se venden. Porque la gente ve esas novelas. Porque la gente siente odio, amor, tristeza, angustia y un montón de sentimientos y emociones al ver esas novelas. Gustavo Bolívar lo dijo muy claramente y estoy totalmente de acuerdo con él  <<la televisión es una industria […] los canales ponen lo que la gente quiere ver. No es verdad que la gente esté diciendo “no queremos ver más programas de ese tipo” y no es verdad porque el rating lo refleja>>  y sinceramente sería una pérdida de plata poner algún programa cultural porque acá nadie vería eso. En Colombia no se lee, no se escribe y ni siquiera se aprecian los programas culturales. Es una contradicción total: Colombia y cultura son casi que antónimos (estoy seguro que ahora me van a discutir diciéndome que Colombia es pura cultura porque tenemos grupos indígenas, porque tenemos bailes folclóricos, porque la gente es muy amable o cualquier otra excusa barata para hacer ver a este país como un país culto –que NI en las curvas lo es-)  


La pregunta que rondaba por ahí era “¿Estamos listos para contar la historia de los hermanos Castaño?” yo creo que Colombia no está preparada ni siquiera para conocer la verdadera historia de su historia pero no lo digo pensando solamente en las víctimas o en el dolor que posiblemente cause, sino porque acá en este pueblo no se valora y mucho menos se le da importancia a la realidad. A veces pienso que estamos en un sueño, donde “Colombia es el mejor vividero del mundo”. ¡A ver Güevón! Sí, sí y sí se debe contar la historia, pero no exaltando ni convirtiendo en dioses a quienes mataron y derramaron sangre.  Mucha gente dice “a nadie lo obligan a ver eso, si quiere puede cambiar el canal” ¡qué cosa más estúpida! Ellos no van a hacer eso porque es mejor ver putas, narcos y paras. Mire usted cómo después de apagar un TV la pantalla no se pone negra sino amarilla de tanto morbo que se muestra en la programación colombiana. ¡Por favor! Hago un llamado a que dejemos tanta hipocresía y doble moral. Lo digo porque acá todos critican la novela, todos la odian pero la ven. La exaltan tan negativamente que terminan elogiándola.


La crítica no es directamente hacia la novela sino a toda la televisión colombiana y en especial a los colombianos (me incluyo ahí). No se trata simplemente de las novelas sino que hay todo un trasfondo que abarca una conducta y casi que una costumbre. En Colombia el morbo vende, el amarillismo vende, el periódico con la mujer empelota vende, la publicidad sexista vende… y es lógico que las empresas van a buscar cómo vender (y aprovecho para dar una crítica a algunos conocidos: ¡No sean Güevones! ¡Dejen de ser tan inocentes! ¡La culpa no se le puede echar toda a las empresas! De algo tiene que vivir y han encontrado en los gustos colombianos una excusa perfecta)

No quiero con esto justificar –ni mucho menos- toda la porquería que se vende y se comercializa acá. Pero de algo sí estoy seguro: mientras en Colombia se prefiera encender un televisor antes que leer un libro, seguiremos inmersos en una ignorancia que termina por justificar lo que sucede en este bello pueblito

lunes, 11 de marzo de 2013

Dejaba de estirarme el caucho porque Dios me observaba desde su silla en el cielo


No suelo contar públicamente mis experiencias sexuales. En ocasiones salgo con algún chiste malo, de esos que tanto me gustan, refiriéndome a alguna anécdota o historia de un amigo, sin embargo, quienes me han escuchado hablar sobre sexo, uno de los temas que más me apasiona, saben que por lo general no doy nombres ni especificaciones. Hablo siempre en tercera persona y cambio los nombres por respeto a la intimidad de ella y la mía. Sin embargo, hoy voy a relatar lo que en alguna época me sucedió, por aquellos años de colegio,  que ahora recuerdo con gracia.

Estudié 12 años en un colegio católico, de esos que obligaban a rezar un padrenuestro al inicio de cada clase y dedican una hora a la semana para ir a misa. Yo era la clase de compañero que muy pocos tolera, no solo por mis comentarios inoportunos, sino por mi constante discurso religioso, mi arrogancia y sobre todo porque jamás fui de tener muchos amigos. Sí, sí. Lo admito, yo creía ciegamente en Dios y todo su poder. Era un fiel seguidor de su Hijo, la Virgen y el Espíritu Santo en forma de palomita; iba todos los domingos a la iglesia y como buen creyente, siempre descargaba mis problemas en los hombros del barbado que vive en el cielo.

Tenía unos 13 o 14 años. Cursaba el grado octavo. Mis compañeros tenían edades más o menos iguales y por culpa de las hormonas, el grupo en el que estaba era uno de los más conflictivos y difíciles de manejar, ¡estábamos creciendo! jolgorios por todos los lados y rebeldía en cada palabra que se pronunciaba. Ya aparecían las primeras marcas del vello facial y quien tenía bigote, por muy leve que fuera, era víctima de apodos y de burlas: el tres cejas, Doctor Zoidberg, Mario Bros, bigote de brocha, bigote de lulo y un montón más. Las conversaciones se cortaban por culpa de esos gallos agudos que cambian la voz. Pero lo que más recuerdo es a dos profesoras, Ana María y otra cuyo nombre olvidé. ¡Qué mujeres! la primera, chaparra y tetona ¡qué tetas Dios mío! ¡qué tetas! y tenía un trasero que provocaba los pensamientos más perversos que pueden pasar por la mente de un muchachito de 13 años. La segunda, ¡Viviana! así se llamaba ¡cómo olvidarla!  alta, delgada y con unas piernas   firmes, marcadas, deseables; hacían saltar a todo el salón cuando iba en falda y dejaba al descubierto sus pies, y digo que hacía saltar a todo el salón porque el colegio era masculino, o sea, solo estudian hombres. Pero volviendo a los pies: hermosos, excitantes. ¡Malditos fetiches de la pubertad! Hormonas, hormonas y solo hormonas se respiraba y transpiraba en esa época. Era muy común escuchar entre voces perdidas, las maravillosas experiencias sexuales del fin de semana. A los 14 años ellos tenían orgías novelescas con cuanta mujer conocían, en especial con Magnolia y Manuela, los  primeros amores de muchos. Dos lindas chicas que hasta hace poco, mi amiga María Antonia ignoraba inocentemente. ¡Qué época! ¡qué profesoras! ¡qué desmesura! ¿y por qué les estoy contando esto? ¡Ah, sí! por la masturbación, el tema central de este texto.

¡Oh, gran amiga! aquella que es mi mano derecha. Pan de cada día y el único remedio para conciliar el sueño. Una, dos y hasta tres veces al día se podía perder uno en recuerdos e imágenes mentales de aquellas profesoras ¡esas tetas! ¡esas piernas! ¡Oh, por Dios! todo un mundo de posibilidades para satisfacer la tensión sexual consecuencia de la pubertad. El salón vacío, ellas y yo, sobre el escritorio, a la vez ¡qué sueños! Sin embargo, en medio de mi fidelidad a Dios, había algo que me atormentaba, era inevitable. Castigado por la evolución y en la mira de una sociedad fanática y resentida, mis manos era satanizadas por todos aquellos mitos que ponían en duda mi integridad moral. Pelos en las manos, ¡qué cosa más horrible! acné, tembladera, ceguera y posesión demoniaca: todo era por culpa de la masturbación.

Era un muchachito con un bulto de ladrillos en la espalda. Un miserable ser humano arrastrándose y comiendo el polvo pecaminoso que la religión había puesto en mis actos. Estaba entre la espada y la pared, o mejor dicho, entre Dios y mis manos: por un lado, esa estúpida creencia religiosa y el moralismo extremo, por el otro, la inevitable pubertad que me ofrecía la posibilidad de sentir el placer que produce un orgasmo, aún cuando fuera por la paja. ¿Se imagina cómo me sentía yo, al momento de confesarme frente a un cura, y saber que debía decirle que había cometido actos impuros?  ¿Se imagina el cargo de consciencia tan grande que sentía después de haberme masturbado? Me sentía sucio, pecaminoso, una porquería. Y era mucho peor cuando se venía a mi mente esa sensación de ser observado y dejaba de estirarme el caucho porque Dios me observaba desde su silla en el cielo.  Recuerdo que en una ocasión el Padre William me dijo “No puedo creer que el hijo de tan magníficos padres sea capaz de romper el lazo amoroso con Dios cometiendo semejante acto demoniaco y pervertido”. Esto me marcó; era el peor ser humano de este mundo, un vil lastre para esta sociedad. Pero tarde o temprano las hormonas volvían a subir, el deseo me vencía y terminaba haciendo solitos para luego arrepentirme.

Imagen extraída de: http://cienciaseminal.com/2013/07/08/sexologo-demuestra-correlacion-entre-la-masturbacion-compulsiva-y-la-falta-de-sentido-del-humor/

No olvido aquella vez cuando le pregunté a mi profesor de religión por qué era pecado la masturbación, y su respuesta fue simple: “es un acto egoísta, donde se busca solo el autoplacer” claro, siendo un siervo del Todopoderoso, asentí sin reproche. Unos años después me hice algunas preguntas: ¿Significa que debo anteponer el resto de la sociedad, el resto de los humanos, sobre MI cuerpo, MI sexualidad y la posibilidad que tengo de sentir placer? Y si así fuera, ¿entonces por qué carajos es pecado el sexo antes del matrimonio? Es decir, no puedo disfrutar del sexo responsablemente con otra persona ni tampoco puedo masturbarme porque es egoísta. ¿Cómo alguien puede pensar que esto tiene sentido? ¡Qué estúpido!  No logro comprender cómo logran desligar la parte sexual del humano. No hay drama con aquellos que practican la abstención por alguna decisión personal, pero ¿por qué tienen que juzgar y tratar de dañar moralmente a aquellos que disfrutan conscientemente de su sexualidad? ¿Por qué se empeñan en satanizar el sexo? ¿por qué sesgan a los homosexuales, lesbianas, bisexuales o incluso a aquellas mujeres que simplemente quieren disfrutar del placer de un orgasmo? imponer un peso moral sobre la sexualidad solo limita la capacidad de goce y sin dudas trae problemas y represiones.

El Ser Humano es un animal totalmente sexuado; el sexo es inherente a su vida y desarrollo como sujeto. Muchísimos autores han tratado el tema de la represión y sus consecuencias en las diferentes extensiones del hombre. La historia demuestra que los pueblos que han tenido educación sexual basada en la responsabilidad y el goce, han tenido menos índices de embarazos no deseados, abortos e infecciones de transmisión sexual. Toda persona de este planeta, sin importar su orientación sexual, sin importar sus gustos, tiene el derecho a disfrutar de su sexualidad con la única obligación de ser responsable. Es algo natural, que se conjuga con el concepto de hombre como ser vivo y social. Y por fortuna de quienes defendemos a toda costa la sexualidad y para desgracia de la religión, en condiciones sanas, jamás se podrá suprimir la parte sexual del humano. Lamento inmensamente que mucha personas repriman su sexualidad, espero que no siempre sea así.

¡Qué tetas por Dios! es que aún las recuerdo y me ponen tieso. ¡Ay, y esas piernas! vea, ¿si ve? ahora me toca ir al baño.



"¿Que el sexo prematrimonial es pecado? No existe el sexo premarital si no tienes intenciones de casarte."
Matt Barry




Tw: @DrRascawillie 
"Diría yo, que una mujer inteligente siempre enamora sin importar su físico. Claro está, que hay mujeres que quieren aparentar ser inteligentes y terminan hablando cosas incoherentes y pierden todo su encanto... es más decepcionante aún si físicamente es atractiva. En tal caso, lo mejor es alejarse lenta y serenamente, ir a la biblioteca y leer un buen libro. Eso ayudará a equilibrar las cosas" E.J.
"A veces las personas evitan saludarme, y me causa risa ver cómo tratan de ocultarse. Lo mejor de todo es que me evitaron la molestia de saludar. Sería un gasto de energía innecesario fingir estar alegre por verle." E.J.