Querido lector. Si usted tiene novia y piensa regalarle flores o
chocolates el próximo 14 de febrero, por favor no pierda el tiempo leyendo
esto y mejor done el 10% de su sueldo a una iglesia cualquiera, eso le hará más feliz. Si no sabe qué
pasa este día, ha fracasado como internauta, como amigo y como amante. Es usted una vergüenza para nuestra patria. Si cumple años este día, será
engañado con el regalo. Si piensa proponerle matrimonio a su pareja, mi más
sentido pésame por estar tan engüevonado.
Si tiene una entrevista de trabajo, llévele una rosa y un chocolate al tipo que será su jefe. Si
tiene que ir a estudiar, escríbale una carta a su enamorada y recítesela en
plena clase (asegúrese de hacer un vídeo y luego me lo envía). Si está solo y
quiere conquistar a una chica, acá le diré cómo hacerlo. Si odia esta fecha
porque se siente solo, córtese las venas. Si le da igual este día,
probablemente se quede soltero y termine masturbándose en el baño del
geriátrico con un infarto por culpa del viagra.
Día de San Valentín. ¿Qué carajos es eso? ¿Por qué hay tantas parejas besándose,
chocolates, flores y condones por ahí? ¿Por qué nadie me lo contó? ¡Esto está genial!
Ahora tengo dos días, solo que ahora sin ese ridículo juego del amigo secreto.
¡Qué Maravilla! 14 de febrero ¡La mejor oportunidad para (acostarme con ella
y tener sexo salvaje) decirle que la amo! Flores, chocolates en forma de corazones, un aroma dulce y parejas felices. El día perfecto para Romeo y
Julieta. ¡Oh, el Amor, el Amor! como diría Pepe Le Pew.
Repasemos algo de historia porque soy mamerto. Para quienes no lo saben, este día se
celebra desde la época del imperio romano. Claudio II prohibió que los jóvenes
se casaran, porque pensaba que así lograría liberarlos de ataduras y convertirlos
en mejores soldados. Pero como en toda época, llegó un rebelde, San Valentín,
un sacerdote que no estaba de acuerdo con esta norma. Fracasó en el intento de
ayudar a los jóvenes, lo mataron y le dieron el día en su honor. ¡Qué historia
tan conmovedora! Los años pasaron y poco a poco, especialmente, en los países anglosajones
se fue arraigando una tradición romántica.
Hoy por hoy, para algunos, es un día comercial. Otros piensan
que es una fecha ideal para demostrar amor. Para mí es una cínica e inocente mezcla de las dos. Y digo inocente, porque me parece una buena excusa para
tener una noche erótica y sexual así sea justificada por un
regalo. Flores, chocolates, condones y una celebración anglosajona... suena
bonito. Pero hoy quiero contar lo que sucede en mi país. Algo que no puedo
dejar pasar así como así.
¡Bang! ¡directo al hipotálamo! |
Soy colombiano y acá se celebra el 14 de febrero, porque nos hicieron creer que celebrar una fecha de allá nos convierte en gringos, que es lo mejor que nos pudo haber pasado;
somos como los hijos que jamás reconocieron. Ya saben... por eso de que todo es
mejor por allá y por estos lados todo está peor. Acá se celebra y es muy
lógico, descendemos de una raza pura, la inglesa (bueno, en realidad no. Somos una mezcla de todo, un caldo revuelto, pero... eso es la misma vaina. Lo mejor es sentir que somos gringos). En
Colombia muchos celebran el 14 de febrero; sería un acto horrible no honrar a
nuestra patria hermosa, la del norte, esa de las estrellitas en la bandera. En
este pueblito se celebra el Día de San Valentín porque podemos
vender muchas flores y obviamente eso es lo que sostiene a la gran y poderosa economía
colombiana. A demás hay muestras de afecto puro (sí, puro cuento pa'coger
esta noche) y bueno... ¿Qué mejor forma de demostrarlo con flores,
chocolates y tarjetas con lindos dibujitos? Pero no todos cuentan con la suerte
de tener una pareja a quién regalarle flores. Para muchos, esta es una fecha
deprimente producto de la soledad y la soltería en dieta
(aclárese, soltería en dieta es no haber sentido en
términos sexuales, cuerpo de mujer o de varón en un largo periodo de tiempo). Y entonces aparecen, como acto de rebeldía pura y odio hacia Cupido, frases,
publicaciones y estados por toda la red escritos por los "solteros por siempre".
Los atormentados y castigados por Venus. Aquellos vírgenes que desean cariño y
afecto. Pero ¿qué más da? ya viene siendo hora de enviarnos a nosotros mismos flores con
bombones de chocolates, prepararnos una cena romántica y, de remate, una
hermosa orgía con Manuela y Magnolia. Luna sabe de estas cosas.
Dicen que el amor no se puede comprar. Pagamos por sexo y pornografía,
pero nunca por amor. Gastamos dinero en regalos para conquistar a esa persona que nos gusta y que altera nuestros niveles de dopamina, serotonina, oxitocina
y demás hormonas que controlan nuestras emociones. Esta es otra razón por la cual debemos
celebrar este día. Eso sí, use condón o solamente admita blowjobs, tengo un amigo, Juan Camilo, él sí que es experto en esos asuntos, o bueno, en realidad es la novia.
En fin. Tengo que admitir que comienzan a fastidiarme todos
aquellos que critican esta fecha ¡Idiotas! se burlan solo porque no tienen a
quién amar. Inmaduros, tontos, solterones e invertidos. Deberían respetar a
todos aquellos que consideramos esta fecha como el día nacional, el día típico
del sur de Gringolandia. A demás, deberíamos tener en cuenta que arriba
celebran el 20 de septiembre en honor a nosotros. Para ellos es incluso más
importante que el día de San Valentín. ¡Es obvio! ¿No han visto a todos esos
estadounidenses dando flores y chocolates, tomando aguardiente y visitando moteles baratos ese día? ¡Já! Se nota que no saben
nada de fechas especiales.
Como decía mi abuelita, “cada loco con su costal” quien desee
celebrar este día, puede hacerlo. Quien no quiera, no lo haga. Eso sí, reciba
cuanto dulce y galguería le ofrezcan, y por supuesto, si de esta celebración
depende una noche llena de lujuria y pasión, ni se le ocurra salir con excusas
pendejas ni mucho menos se ponga a escribir un texto hablando sobre esta
fecha. Lo mejor es que la invite a ver Cincuenta Sombras de Grey para luego proponerle una deliciosa sesión de palmadas. Ah, se me olvidaba, acá hay unas muy mojigatas que le dirán que no, que quieren llegar vírgenes al matrimonio. Paja entonces, mijo.
A propósito, si esperaba que le contara de alguna fórmula
romántica para (acostarse) conquistar a la mujer de sus sueños, le
recomiendo que primero consiga una gran fortuna, un Ferrari, una mansión, un
traje de 10.000 dólares y créame... no necesita más. ¿Que eso es mentira? Ah, yo no sé, no conozco al primer multimillonario soltero. ¡Disculpen mi comentario! luego me tildan de machista y de sexista.
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